miércoles, 29 de agosto de 2018

Los sofistas


La filosofía de los sofistas representa una considerable innovación en el pensamiento del siglo V a. de C., pues aportan ideas que difieren a las precedentes; su doctrina introduce las preocupaciones antropológicas, en tanto las anteriores habían abordado problemas naturalistas, físicos y mecánicos. Los sofistas nacen en un periodo ascendente para la democracia de Atenas, en donde la política ocupaba un estatus privilegiado, considerada incluso un arte que iba emparentado con la oratoria, con el saber de la persuasión. Los problemas antropológicos surgen en medio de la sensación de un declive de la razón humana, mientras que la filosofía de Parménides y Heráclito se encontró victima de una fuerte relativización.

La filosofía anterior había respondido a la pregunta por la naturaleza y principio de las cosas. Naturalismo, matematisismo, metafísica, materialismo, fisicismo y mecanicistas. Debido a que el origen de todas las cosas era atribuido a un principio natural, variado, movible, infijo, no se esperaban respuestas precisas de la razón humana, y su capacidad para solucionar problemas se puso en duda, de tal manera que nace el escepticismo, la concepción de que la verdad absoluta no existía sino tan solo las verdades relativas, de ese modo, el propio ser humano, como sujeto que conoce el mundo, se iba convirtiendo en el punto de partida de los estudios, su razón y su capacidad de conocer eran ahora objeto de análisis.

Los sofistas contaban, en parte, con una mala reputación; ser sofista significaba cobrar por transmitir conocimientos. Su impopularidad no era en vano, en su lugar, era resultado de la misma fama de la política como la mejor ocupación de la época; la educación se hacía importante, el ser humano debía llevar al máximo su intelectualidad. Nuevamente la oratoria era parte crucial, y los padres querían educar a sus hijos en el arte de la persuasión, de ese modo alcanzarían la aceptación de la polis hacia sus hijos; el discurso político era entonces un medio para obtener agrado de la ciudadanía, permitiendo posicionar cargos públicos.



Protágoras

 
Salvator Rosa, Demócrite et Protágoras, 1643-1644. Fuente: wikicommons.

Nace aproximadamente en el año 444 a. de C. (en otros informes entre el 444-440 a.C.); se dice que muere a la edad de 70 años. Con Protágoras aún permanece la idea de que el universo se encuentra por entero regido y controlado por un flujo incesante, continuo, permanente, pero, dentro de los efectos de este flujo, el mundo y el ser humano no se encuentran sometidos al cambio continuo producido por el inquietante flujo y reflujo de las partículas.

La idea de la guerra de contrarios, por oposición y/o por contradicción, se encuentra condensada en el pensamiento de este filósofo, alcanzando el grado de principio mediante el cual se puede explicar la realidad. Se afirmaba que el hombre era la medida de todas las cosas, y con esta idea se defendía la validez de los sentidos para conocer la verdad. El valor relativo de dicha verdad, además del convencimiento con el que se aprendía en esa época, hacían que la verdad fuese algo condicionado y aprendido.



Giorgias

Nace en el año 484 a.C., muere a la edad de 109 años. En contraste con Protágoras, Giorgias fue el sofista cuya postura fue la más radical, en especial con respecto a sus afirmaciones: a) Nada existe; b) si algo existe no es conocible por el hombre; c) si es cognoscible, es incomunicable (Orozco, p. 51, 1994), las cuales dejan en evidencia el grado de su escepticismo respecto a la posibilidad del conocimiento, creando una sentencia sobre el filósofo: la condena a la doxa común; no existe nada más que la opinión. Otra limitación enfrenta la razón con el conocimiento, se trata de la imposibilidad que tiene el hombre de estar seguro de lo que conoce, y de su ingenuidad respecto a lo que sabe. De tal modo que la inseguridad sobre la verdad se asume como ausencia de ésta.

Referencias bibliográficas

Abbagnano, N. (1973). Historia de la filosofía. Barcelona: Ed. Montaner. 
Orozco, Á. (1994). El saber filosófico. Barranquilla: Ed. Cultura Caribe.

viernes, 17 de agosto de 2018

Tiempo de Cine: After the Dark: The Philosophers


El cine es una de las muestras artísticas más ricas en mensajes dirigidos al espectador del arte. Las cambiantes situaciones que plantea una película sitúan al espectador en medio de diversas sensaciones, emociones, y le otorga, con intención de quienes crean, dirigen y producen la película, nuevas problemáticas de situaciones, bien conocidas o desconocidas, pero, al fin y al cabo, inquietantes y de interés. Siendo así, el cine no se escapa de la periferia que abarca para la reflexión la filosofía. De eso tratamos en este espacio llamado Tiempo de cine, creado justamente para ofrecer unas dosis de cine y filosofía. 

  
Aspectos generales

After the Dark: The Philosophers, es una película dirigida por John Huddles, quién también escribe el guion. Se estrenó el 7 de julio de 2013. Entre los personajes principales que conforman la trama se encuentra James D’Arcy, quien interpreta a Mr. Zimit, el profesor de filosofía; Sophie Lowe, interpretando a Petra, una de las mejores estudiantes de la clase; Freddie Stroma a Jack; Bonnie Wright interpreta a Giorgina y Cinta Laura a Utami.
 

Argumento

La película se desenvuelve a modo de ejercicio de reflexión filosófica, los acontecimientos que tienen lugar en la trama hacen parte de un estímulo para pensar en términos éticos, planteado por el profesor Mr. Zimit a sus estudiantes. La historia comienza en un salón de clases con un profesor y un grupo de estudiantes de filosofía que se encuentran en su último curso. Ya es tiempo de salir a vacaciones, así que todos se encuentran hablando de las cosas aprendidas y las experiencias adquiridas. En este momento, antes de despedirse, Mr. Zimit les informa sobre una última prueba que deben superar para pasar el periodo académico.

Mr. Zimit les explica el ejercicio, el cual consiste en imaginar una serie de eventos desafortunados como un fenómeno natural, un holocausto nuclear y similares, para lo cual deben refugiarse en un bunker durante el tiempo necesario para sobrevivir y que las cosas vuelvan a su normalidad afuera, en un tiempo estimado de cuatro años. Además de sobrevivir, deben elegir a diez personas de su grupo para conformar un grupo de sobrevivientes, el monto máximo es decidido a partir de las condiciones del bunker: albergar la cantidad de diez personas. El grupo debe ser útil para la preservación de la raza humana y la construcción de una nueva sociedad cuando el holocausto termine.

A cada estudiante le es asignado una profesión hipotética, y de acuerdo a la profesión de cada cual se debe elegir a los 10 sobrevivientes que habitarán el bunker. Ahí comienza la primera reflexión filosófica que concluirá en decisiones éticas. Pues, sobre la utilidad de cada profesión, estará emparentada a las necesidades humanas, a saber, la medicina, la mano de obra e ingenio para construir, además de hombres y mujeres sanos para la procreación. Cada profesional debe dar los motivos por los cuales es útil al grupo.
 

Críticas negativas

En los aspectos centrados del desarrollo y desenlace de la película, conviene mencionar esos aspectos poco contundentes. La película plantea ciertas problemáticas éticas, incluso el cómo se abordarían los valores morales en medio de situaciones de apuros, cómo vemos al otro en medio de la dificultad y la comodidad. La pregunta es ¿Quién es el otro y qué nos aporta? Pensando en esos términos filosóficos, no encontramos coherente finalizar esta película con el típico desenlace romántico, puesto que al principio nos dice que será una película de crítica filosófica, y no resulta coherente, no por el hecho de estar en contra de las películas románticas, sino porque cada cual tiene su espacio. Cada situación planteada se resuelve en un tiempo y bajo condiciones, excepto el problema final, que es cuando se hace un problema en sí de la película, porque se extiende en cierto modo, casi al punto de parecer imposible encontrar un final que se ajuste. 


Problemas filosóficos

Desde el inicio de la película se nos invita a pensar desde los parámetros de la racionalidad. Encontramos situaciones que resultan chocantes en la vida real, que ponen a prueba el juicio de una persona para tomar una decisión; por ejemplo, el decidir entre varias opciones a qué persona conviene matar para el beneficio de otras decisiones, y para resguardar la vida de otras personas; se nos habla de dilemas éticos, problemas planteados por Sócrates, tal como la valía de los amigos.

En la película After the Dark: The Philosophers, se puede distinguir dos cosas a primera vista: una, la distinción entre universales y, dos, las subjetividades como nuevo modo de entender la filosofía. Se contrapone, por así decirlo, la tradición filosófica, que se entiende por la búsqueda de modos universales y estandarizados, y, además, la naciente forma, que se entiende a partir de Lévinas como la forma ética, en este punto ya la búsqueda no es hacia los universales sino lo infinito e incognoscible. La figura del profesor representa la tradición filosófica que intenta designar cómo es el ser humano, cuál es su función en la existencia y cuál debe ser el modo de reconocerse con los otros. La relación Yo-Otro, se propone, en ese sentido, a partir de la utilidad que significa el otro para la construcción de un contexto político, económico e histórico acorde a los placeres de la homogeneización.

El recorrido de la filosofía occidental es largo, y en la mayoría propone un único modo de entender al hombre. Existe, en su filosofía, el deseo de estructurar una figura legitima de Hombre. Un hombre con facultades, mismidad e individualidad. Su relación con los otros se fundamenta en relaciones de poder, de utilidad, de conveniencia. Se elige al Otro a partir de lo que se entiende como bueno. Pero las cosas pueden ser entendidas de otro modo. Y ese modo se manifiesta en la película. Cuando el profesor dice “Ésta ya no es filosofía, ni nada”, hace una denuncia hacia el pensamiento ético que se aleja de los universales, pues éste, comportado por la responsabilidad con el Otro sin encontrar en su acto solidario ni un poco de satisfacción, más que responder por el deber existencial que se tiene con él, rompe con la tradición de fundamentar razones éticas por las cuales el hombre debe obrar, dejando de responder a los deseos de la tradición filosófica occidental.

miércoles, 8 de agosto de 2018

Los mecanicistas y atomistas


Este grupo de filósofos surge en el siglo V a.C. Su pensamiento está influenciado tanto por los filósofos naturalistas, es decir, quienes formulan el principio de todas las cosas, como por los eleatas. Su línea de pensamiento se concibe como una continuidad con las reflexiones cosmológicas de sus antecesores. Sus intenciones eran comprender, dentro de la diversidad y multiplicidad de los elementos, el devenir que se hace presente en la acción. Los aportes de este grupo de pensadores se dividen en dos líneas, por un lado, están los mecanicistas, por el otro, los atomistas.

Mecanicistas  

Empédocles de Agrigento. Thomas Stanley. The history of philosophy (1965). Fuente: Wikicommons.

Empédocles nace aproximadamente en el año 490 a.C., en Acragas, y muere aproximadamente en el año 430 a.C. Fue un filósofo menos radical que sus antecesores, ubicándose como término medio entre Parménides y Heráclito, reviviendo el problema de la multiplicidad de las cosas y afirmando la existencia de un continuo cambio generado por los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego. Dicho cambio es a su vez el origen y composición de todas las cosas; así, la característica principal de los cuatro elementos es la inmutabilidad. Uno de los mayores aportes del pensamiento de Empédocles es la distinción entre materia y fuerza, los cuales son también principados por los cuatro elementos; la fuerza mueve la materia y, los demás cambios, movimientos, orígenes y destrucciones, se originan en los cuatro elementos. Empédocles afirma la limitación del conocimiento, sosteniendo que solo conocemos las cosas por ellas mismas; por ejemplo, se conoce del amor por el odio. Amor y odio son entendidos por Empédocles como principios de movimiento en una constante lucha.

Anaxágoras 

Anaxágoras. Fuente: Wikicommons. 
 
Nace en el año 499 a.C. y muere en el año 428 a.C. Anaxágoras parte del principio de que la materia es imperecedera, esto con el fin de cuestionarse y preguntarse sobre la veracidad de la afirmación, pues de ser así, ¿cómo un elemento se transforma en otros, y a su vez, se conforman otros elementos?


Afirma que la materia no nace ni muere, sino que cada cosa está compuesta y descompuesta por otras cosas existentes. Entendemos por ello al principio de inmutabilidad del ser, el cual afirma, en primer lugar, que lo que nace se reúne, mientras que lo que muere se separa.


De ahí se desprende la segunda idea, y es que el proceso de reunión se encuentra fundamentado en la idea de homeomerías. Las cuales define como un número infinito de partículas indivisibles que se encuentran en todas las cosas, y a su vez, cada cosa está hecha de semillas de otras cosas.


Las cosas del mundo real se diferencian porque existe siempre un predomino de unas partículas sobre otras. Hay, además, como una inteligencia ordenadora del mundo o nous que es capaz de regir los diversos acontecimientos del mismo.


De otra manera, cabe resaltar que Anaxágoras parte de un principio naturalista. Nada se crea, nada se destruye, todo se transforma; la materia tiene un espíritu. El amor y el odio subsisten y dan equilibrio a las sustancias que parecen estar siempre inmersas en un ciclo y que siguen creando semejanzas para que se puedan unir.

Atomistas 

Retrato idealizado de Leucipo. Fuente: Wikicommons.


Entre los representantes de la línea atomista encontramos a Leucipo, quien nace en el año 450 a.C y Demócrito, nacido en el año 460 a.C, fallecido en el año 370 a.C. La filosofía de estos pensadores se transforma con relación a los anteriores pensadores mencionados. Pioneros del atomismo, idea que ha sido de gran importancia en las reflexiones científicas, su objetivo era establecer el principio eleático del ser-es, el cual es lleno, y su contrario, el no-ser, que es vacío, interesándose por poder sentar las bases de la experiencia sensible del principio eleático. Los atomistas conciben lo lleno formado de una infinitud de elementos indivisibles, conocidos como átomos.   


Busto atribuido a Demócrito (sin certeza). Fuente: Wikicommons. 

Para Leucipo y Demócrito, los átomos son partículas indivisibles entre sí, invisibles, de masa pequeña, los cuales difieren por figura y magnitud; sus movimientos están impulsados por la espontaneidad, la cual lleva al choque y a la separación constante de los átomos. Se distinguen por su posición y disposición. No poseen cualidad a excepción de la existencia, mientas que por combinación entre ellos se originan las cosas. Dicha combinación explicaría el cambio y la transformación. La cantidad de átomos constituyendo una cosa es infinita e incalculable; sin embargo, se puede afirmar que todos poseen la misma naturaleza, aunque su forma externa sea infinitamente variable.


Referencias bibliográficas 


Abbagnano, N. (1973). Historia de la filosofía. Barcelona: Ed. Montaner. 
Orozco, Á. (1994). El saber filosófico. Barranquilla: Ed. Cultura Caribe.