Se entiende por escolástica a la concepción filosófica cuyo nombre designa Escuela, y a la cual se conoce por su predominio en la Edad Media. La escolástica se divide en cuatro fases o etapas: Pre-escolástica (siglos IX-X), donde se destaca como acontecimiento histórico el Renacimiento carolingio a comienzos del siglo IX en Francia, y la creación de escuelas de estudio filosófico donde se impartía el método escolástico (lectio, questio, disputatio, auctoritos); Primera escolástica (siglos XI-XII), periodo en el cual se van consolidando las bases del pensamiento filosófico-teológico; Alta escolástica (siglos XIII-XIV [1200-1342]) o edad de oro; Tardía escolástica. (siglos XIV-XV [1340-1500]) o etapa de disolución.
Para los filósofos de la escolástica primaba el pensamiento religioso, a partir del cuál se hacía filosofía. Se destaca el pensamiento de Juan Escoto, cuya metafísica está influenciada por el idealismo neoplatónico. Juan Escoto es reconocido como una de las grandes figuras de la filosofía de talento especulativo. En la discusión sobre la fe y la razón, su postura era a favor de la fe fundamentada en la razón. En su obra principal De divisione naturae, Escoto escribe sobre la división de la naturaleza y distingue: 1. Naturaleza no creada y creadora: Dios. 2. Naturaleza creada y creadora: Logos – Cristo. 3. Naturaleza creada y no creadora: Mundo. 4. Naturaleza no creada ni creadora: retorno a Dios. Identidad entre filosofía y religión: revelación en sentido riguroso, autoridad de Dios.
Johannes Scotus. Periphyseon on The Division of Nature. Fuente: Google Books.
Otra de las figuras representativas de la filosofía escolástica es San Anselmo, quien con un poco de rigor se considera como el padre de la escolástica. Sus obras están basadas en un interés principalmente teológico, sin dejar de lado la importancia filosófica de su pensamiento, con las cuales se esfuerza por plantear la demostración de la existencia de Dios. Su filosofía es una mezcla de neoplatonismo con el pensamiento agustiniano. Se conoce a San Anselmo por la frase “creo para entender”, con lo cual afirma que la fe tiende al conocimiento. Después de San Anselmo, la escolástica queda constituida, dando paso a varias síntesis propias de la misma, preparando grandes obras como la Suma teológica de Santo Tomas. Con el surgimiento de este periodo, las escuelas de estudios filosóficos se convierten en centros intelectuales importantes, los que muy pronto dieron origen a la creación de universidades. San Anselmo defiende que entre la fe y la razón debe haber cooperación y, por ende, no prima la una sobre la otra.
Gravat del primer terç del S. XVI. Sant Anselm de Canterbury. Late 16th Century. Fuente: Wikicommons.
Una de las escuelas más importantes de la Edad Media es la Escuela de Chartres, integrada por los más interesantes pensadores como lo son los hermanos Bernardo y Thierry de Chartres, quienes fueran los cancilleres de la escuela. Sus concepciones filosóficas son reconocidas por el trabajo de Juan de Salisbury. Estos consideraban que solo las realidades universales merecen el nombre de entes, mientras que las cosas sensibles individuales no son más que sombras.
The Commentary on the De arithmetica of Boethius. Thierry of Chartres. Ed. Irene Caiazzaso. Fuente: Pontifical Institute Of Medieaval Estudies.
Se distingue también la figura de Abelardo, quien nace en el año de 1079 y muere en 1142. De espíritu apasionado y refinado, su pensamiento tiende hacia la ontología teológica, sin renunciar a la filosofía. Con él se considera que hay una anticipación al Renacimiento. Pedro Abelardo establece relaciones precisas entre la filosofía y la religión; expresa que no se pueden demostrar y conocer experimentalmente los misterios, solo se pueden entender o creer según analogías y semejanzas. A pesar de esto, tendió en la práctica a interpretar diversos dogmas, como por ejemplo el de la Trinidad, cayendo en errores que fueron condenados.
Abaelard Und Seine Schülerin Heloisa. Edmund Blair Leighton, 1882. Fuente: Wikicommons.
Pensadores representativos de la filosofía escolástica fueron también San Buenaventura, que se preocupó por la idea de Dios y del alma humana bajo la influencia de la filosofía de San Agustín. A su vez, se atiene a la prueba ontológica de San Anselmo para defender la demostración de la existencia de Dios. San Alberto Magno, de influencia aristotélica, pero regido por el dogma teológico de la época, hace interpretaciones religiosas del pensamiento de Aristóteles. Entre tanto, también se reconocen a los victorinos, grupo conformado por los seguidores intelectuales de San Víctor. Este núcleo místico no incluye el saber racional de las ciencias profanas, sino que lo constituye de forma enérgica. Los integrantes del núcleo fueron: Hugo de San Víctor, quien recomendó aprender todas las ciencias sagradas y profanas, pues creía que se apoyaban y fortalecían mutuamente, ya que todas eran útiles. Distingue cuatro ciencias: teórica, práctica, mecánica y lógica. Encontramos también a Ricardo de San Víctor, que se ocupaba de las pruebas de la existencia de Dios, insistiendo principalmente en la base sensible y la observación.
St. Bonaventure receives the envoys of the Byzantine Emperor at the Second Council of Lyon. Francisco de Zurbarán. Fuente: Wikicommons.
A la época final de la escolástica se le conoce como Baja escolástica. Para este periodo comienza a revelarse el pensamiento de una de las figuras filosóficas más influyentes en el decaer de la escolástica, Guillermo de Ockham, con el cual se introducen doctrinas de conocimiento, de la inteligencia, de la razón y de la relación del hombre con la experiencia sensible. Por lo cual es uno de los pensadores con los que se cierra la Edad Media, como a su vez también es partícipe Nicolás de Cusa.
Durante el final de la Edad Media aún se venía dando en pequeñas cantidades el pensamiento tomista aristotélico que comprendía, por un lado, planteamientos sobre la realidad sensible, esto es, el realismo, estableciendo que la sensación era solo causa material. Pero cuando el final de la escolástica comenzó a marcarse decisivamente, todos esos planteamientos manifestaron algunos cambios, en especial los dados por el pensamiento de Guillermo de Ockham, donde su influjo no solo se ve reflejado al plantear que la sensación es causa eficiente y que solo es necesario observar al mundo y reflexionar sobre las representaciones adquiridas. Sin embargo, aún con Ockham, la verdad sigue siendo algo en sí, no una mera asociación de percepciones.
Fray Guillermo de Ockham. Dibujo del año 1341. Captura tomada de: Höffed, Otfried. (2003). Breve historia ilustrada de la filosofía. La historia de las ideas a través de 180 imágenes. Barcelona: Ed. Península. p. 141.
Entre las cosas que se ven modificadas por el nuevo paradigma, se cuentan las categorías de sustancia y de cualidad, de las cuales se dice ahora que se refieren a cosas trascendentales y no a meras representaciones. A su vez, se cuenta la idea de los universales, del cual afirma Ockham que son solo signos, una creencia o una convicción del pensar humano. Así, reafirma la idea de que la sensación es causa eficiente. Todo saber ahora proviene de la percepción sensible.
A raíz de lo planteado por Ockham, se puede decir que fue él quien preparó el terreno al subjetivismo moderno, porque ya para esta época tardía de la escolástica se adopta conscientemente una actitud de oposición con los antiguos, a los cuales se les llama realistas, porque consideraban como reales a los universales, ubicados anteriormente a las cosas mismas. Esta crítica da paso a que también se comience a negar el principio de causalidad y contradicción. Y ya a partir de ahí se rompe con la doctrina aristotélica con lo que respecta al movimiento, tratando entonces de operar con otras ideas como la de ímpetu, latitudes formales, métodos de medida matemática, etc. Solo necesitamos, dice Ockham, observar el mundo exterior y reflexionar interiormente sobre las representaciones adquiridas.
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