New York Movie, (1939), Edward Hopper.
Parece
existir una frágil distinción y a la vez una estrecha relación entre lo que
consideramos un mundo objetivo (aquel de la economía monetaria, de la fluidez
del dinero, del comercio anónimo, de la especialización del trabajo, del
ordenamiento jurídico, de las estructuras religiosas, de las redes de
información, de las cooperaciones internacionales, entre muchas otras) y un mundo
subjetivo (el del ámbito personal, de las emotividades de cada sujeto
[condicionadas en mayor o menor grado], del pasado en recuerdos de espacios, de
los proyectos individuales, las desgracias personales, de la pequeñez con que
el pensamiento reduce la realidad, de ver lo social desde el lugar que se ocupe
en él). Estos mundos entran en contacto por medio de diversas formas de
interacción natural y social.
Frame.
Berlín. Die Sinfonie der Großstadt Symphony of a Great City. (1927). Walter Ruttman.
En esta
distinción/dependencia aparece una tensión que se manifiesta en ciertas
sensaciones; en saber que algo mayor está por fuera, en que fuerzas externas guían
al être humain por caminos laberínticos, envueltos en una maraña de diversidad,
perdidos en calles extrañas, acusados por la seducción continua de estímulos
que permean los ámbitos de expresión humana. El escenario por excelencia de tal
condición es la metrópolis: “El horrible, hermoso, repugnante y magnífico
desparramamiento de la gran ciudad." (Mills, 1977, p. 29).
Frame.
Schindler list. (1993). Steven Spielberg
Allí, la
interacción entre sujetos queda reducida a una relación de indiferencia y, en
medio de estas condiciones insoportables de diversidad, se origina la necesidad
de encontrar reconocimiento. Estos estilos de vida son característicos de lo
que podemos denominar la conducta blasé. Gianfranco Bettin escribe que la
esencia de la actitud blasé reside en la insensibilidad hacia toda distinción.
El significado y diverso valor de las cosas, y por consiguiente las cosas
mismas, se perciben como no esenciales, y ningún objeto merece preferencia
respecto a otro, convirtiéndose ello en el fiel reflejo subjetivo de una
completa interiorización de lo canjeable y efímero.
Frame.
The silence. (1966). Ingmar Berman.
El arte
no es ajeno a las dimensiones enunciadas. Este campo, utilizando la
denominación de Pierre Bourdieu, es también afectado por la mercantilización y
por la producción en masa de pinturas, filmes, obras musicales y esculturas,
entre otras expresiones. Así, por ejemplo, los significados de las
pinturas se normatizan mientras el ámbito subjetivo queda relegado, dando
ello nuevas formas de expresión, cada vez más numerosas, iguales en
importancia, abiertas a muchas interpretaciones o a ninguna. Cualquier
fundamentación que pueda explicarlas a todas queda descartada; y aquí es necesario aclarar que no convenimos en
un nihilismo, ni en una era del vacío o líquida, además que mitigamos concepciones como posmodernidad o denominaciones como sociedad del cansancio,
pues habría que detenerse en ellas y analizar sus detalles frente al mundo.
Frame.
The silence. (1966). Ingmar Berman.
Como vemos en la primera imagen, el cuadro de Hopper, la expresión de la soledad puede conocerse en la multitud, en la infinidad de objetos que pueden llegar a ser considerados arte, en
la basura misma. La conducta blasé se
convierte en un atributo del ser humano de la urbe, una condición que constantemente recuerda dos temas que contemplan siempre la constitución misma del individuo: la angustia y la fatalidad.
Bettin, G. (1982). Los sociólogos de la ciudad. España: Ed. Gustavo Gili. S.A.
Wright, M. (1977). La imaginación sociológica. Colombia: Fondo de Cultura Económica.
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