lunes, 13 de noviembre de 2017

Aportes del capítulo Fin y método de la física teórica, escrito por Ernst Cassirer en El problema del conocimiento


El capítulo inicia con un planteamiento central para el desarrollo de la obra, el cual sintetizaremos de la siguiente manera: casi todos los grandes pensadores e intelectuales de la ciencia han trabajado por mantenerla en pie. Hay pues, un constante debate y reflexión no solo de los objetos de los cuales deben tratar las ciencias naturales, sino también acerca de los métodos que deben usar. Es desde esta concepción de las ciencias que surgirán grandes obras en el campo de la filosofía como la Crítica de la Razón Pura de Immanuel Kant. Todas estas nuevas y prontas respuestas no eran siempre soluciones a cuestiones particulares del saber científico, sino que llevaron a una nueva búsqueda de fundamentos en el campo de la teoría del conocimiento; es decir, en el campo de la epistemología. Estos inconvenientes no provinieron de un campo externo al saber propio de las ciencias naturales, sino que fueron sus mismas dinámicas del conocer lo que las impulsaron a descubrir obstáculos en la lógica misma de observar y sistematizar conocimiento. Contra esto luchó fieramente la física clásica, la cual no quiso caer, bajo ninguna circunstancia, en un escepticismo radical que no le permitiera llegar a conseguir las verdades objetivas que tanto había buscado.


Ernst Cassirer (1874-1945)

Es de esta forma que en el siglo XlX se presenta, pues, un cambio de rumbo en las investigaciones en el campo de la física (aunque no totalmente); el realismo, que había sido el paradigma de los trabajos del campo de la física, se transformó en una visión investigativa fenoménica de los objetos. A partir de ese momento, la reflexión consigue alzarse a un lugar privilegiado en las investigaciones de las ciencias naturales, las cuales, hasta aquel entonces, habían versado principalmente en términos de descripción de la naturaleza.
La visión mecanicista del mundo de la física clásica entra en contacto con esta misma crítica a todo lo que ellos mismos han construido, dejando como resultado un largo debate que gira en torno a la configuración misma del mundo. En otras palabras: ¿Acaso el mundo es como lo observamos? o ¿Nuestra mirada no puede afectar el mundo en tanto que éste es externo a nosotros? En esta problemática encontramos a uno de los científicos más relevantes de la época: Ernst Mach, quien, inmiscuido en esta disputa, lanza críticas a la física clásica y fundamenta sus opiniones con base en esta nueva forma de reflexionar sobre el mundo; tales críticas llegan al punto de poder ser formuladas de la siguiente manera: todo fenómeno sucede en relación a cualquier otro fenómeno, y en estos eventos, el sujeto que observa al objeto lo modifica, obteniendo así una versión diferente del mismo. Es decir, dentro de esta física fenomenológica, el fenómeno se desintegra en una serie de estados de conciencia. Encontramos que tal fusión entre filosofía y física se ha consolidado, si bien decimos que estos conocimientos están unidos desde su propio nacimiento.


Ernst Mach (1838-1916)

Un ejemplo de lo anterior lo encontramos en Heinrich Hertz, quien quiso dar cuenta de la importancia de los nuevos cambios; transformaciones con las cuales se inaugura una forma de comprender la metodología y la reflexión en física. Subrayemos el carácter particular de la investigación que él siguió: sobre la base de los planteamientos de Maxwell acerca de la teoría de la luz, Hertz alcanzó, experimentalmente, producir ondas electromagnéticas, encontrando en ellas los elementos descritos por Maxwell en sus planteamientos teóricos, esto daría respuesta a la cuestión de la naturaleza de la luz. Esta comprobación realizada por Hertz permitió formular sus planteamientos sobre la lógica de las ciencias. Se partiría entonces de un pensamiento libre que contenga conceptos y “axiomas” físicos (juicios a priori), para luego contrastarlos en la realidad y comprobar su validez. De esta forma, Hertz dio cuenta de que los conceptos de la física son previos o son prefiguraciones para posibles experiencias, mientras que para Mach la dinámica se presenta de manera contraria. Esto conlleva a un análisis de la lógica misma de la física, pues ahora ya no se da por sentado que los conceptos son inherentes a las cosas, sino que éstos pueden variar solo dentro de algunos límites.


Heinrich Hertz (1857-1894)

Por otra parte, Henri Poincaré, científico francés, coincidió con Hertz respecto a esta nueva lógica de la física. Éste planteó que las imágenes que tenemos de las cosas no se encuentran inherentes a ellas, sino que nosotros mismos las formamos. Es decir, los conceptos no tienen que ver solo con sus propias naturalezas sino con una lógica interna de quien piensa y observa. A todo esto, un autor como Duhem utiliza los planteamientos de Hertz y Poincaré para radicalizarlos, afirmando que la experimentación, tal y como se entiende, es una especie de evento psicológico propio de quien busca demostrar una idea en el campo de la física. Lo que expresa Duhem es que una teoría solo puede explicarse desde una u otra teoría. Así, la física es un todo que no puede ser descompuesto en partes, lo cual nos lleva al ineludible descubrimiento o construcción de la teoría de la relatividad, que demuestra que ni las hipótesis del conocimiento que sirven a la geometría se salvaban de no ser fijas, pues cambian de acuerdo a la misma lógica que ya hemos visto en el campo de la física.
Posteriormente, lo que define el espacio de la física moderna son símbolos que se representan en ecuaciones diferenciales, las cuales se definen principalmente por sus razones de cambio, dentro de un espacio pluridimensional. Esto supone una gran maleabilidad respecto a las concepciones de la física; sin embargo, no es el objetivo del capítulo brindarnos un tipo de mirada actual a este campo del saber, sino en ver la historia y demostrar el avance inherente de la física mediante sus constantes reflexiones y críticas realizadas, pues es así como generalmente avanzan los tipos de saberes científicos.

Referencias bibliográficas.

Cassirer, Ernst. (1979). Fin y método de la física teórica. En: El problema del conocimiento. Vol. 4. México: Fondo de Cultura económica.

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