lunes, 8 de junio de 2020

Vida y obra de David Hume


David Hume nació en la ciudad de Edimburgo (Escocia) el 26 de abril de 1711. Creció en el seno de una familia no muy rica pero perteneciente a la nobleza, pues su padre era un terrateniente de nivel medio. A los dos años quedó huérfano de padre y fue criado por su madre, por su hermana y por su hermano mayor, quien, de acuerdo con las costumbres imperantes, heredó las tierras familiares. Desde su infancia se dedicó a leer a los grandes pensadores griegos y romanos. A los doce años se inscribió en la Universidad de Edimburgo y, obligado por su familia a una carrera jurídica, se entregó al estudio de las leyes, para luego entrar en el campo del comercio, aunque fracasó en este intento. Hume pronto se libró de la sujeción impuesta a los estudios jurídicos, y buscó alcanzar la gloria en el terreno literario y filosófico. Roger Vernaux, en su libro Historia de la filosofía moderna, escribe: “Tras un débil y brevísimo intento de ejercer abogacía en Bristol, [Hume] se trasladó a Francia, donde permaneció tres años (1734-1737) para proseguir sus estudios en la ciudad de la Fleche, en un prestigioso colegio jesuita donde había estudiado René Descartes, allí estudió a profundidad sobre la filosofía especulativa” (1977, p. 147).

En este contexto escribe su primera obra, Tratado sobre la naturaleza humana, que se publica en Londres en 1739 cuando tenía 28 años. La obra comprende tres volúmenes, titulados de la siguiente manera: Del entendimiento, De las pasiones y De la moral. Entre los objetivos de esta obra se estableció de qué objetos podía o no ocuparse nuestro entendimiento, y también la creación de una nueva ciencia que introdujera el método experimental del razonamiento en los temas morales. En este primer libro podemos notar la influencia de las teorías de Locke y Berkeley en Hume. Sin embargo: “Esta primera extensa obra no tuvo el éxito que esperaba Hume, entonces se arrepintió de haberlo publicado de esa manera, reprochándose haber publicado un libro difícil, denso y mal compuesto. Después de la publicación del Tratado, regresó a la propiedad que su familia tenía en Berwickshire, donde se dedicó al estudio de problemas de ética y economía política” (Savater, 2008, p. 120).


Grabado de David Hume

Desde 1740 comenzó a escribir una serie de cortos ensayos en los que divulgó las ideas de su tratado sobre toda clase de temas como literatura, política, moral, psicología y religión. En 1741 salen a la luz los Ensayos de moral y de política (obra que comprende dos volúmenes), y en 1748 presenta los Ensayos filosóficos sobre el entendimiento humano, reeditados a partir de 1751 con el título de Investigación sobre el entendimiento humano, que recogen las tesis esenciales de la primera parte del Tratado sobre la naturaleza humana. En esta ocasión Vernaux cita a Hume: “(…) creo que los ensayos filosóficos contienen todo lo que hay de importante sobre el entendimiento en el Tratado. No os aconsejo la lectura de este último. Abreviando y simplificando las cuestiones, en realidad las completo mucho (…).” (1977, p. 122).

Sobre Hume, en otros términos, Vernaux agrega: “Físicamente (…) era gordo y buen amante de la comida. Las obras que había escrito revelan un afilado espíritu crítico propio de la época” (1977, p. 123). En 1751 fijó su residencia en Edimburgo y un año más tarde fueron publicados sus Discursos políticos. Escribió también sus Diálogos sobre la religión natural, que se publican póstumamente. Los Ensayos filosóficos sobre el entendimiento humano y la reelaboración del Tratado dieron a Hume cierto reconocimiento, pero a la vez le otorgaron la fama de escéptico y ateo. Por ese motivo, en 1745 se le negó una cátedra en la Universidad de Edimburgo. Hume comenzó a buscar trabajo, y lo encontró primero como preceptor del marqués de Annandale, luego como auditor de guerra por efecto de una incursión militar británica en Francia. Esta aventura le valió a Hume el ingreso en la vida diplomática. Fue secretario de embajada en varias ciudades europeas, entre ellas La Haya, Viena y Turín.

Tiempo más tarde volvió a su ciudad natal, y en 1751 buscó nuevamente obtener una cátedra en la Universidad de Edimburgo, esta vez con el respaldo de su amigo Adam Smith, pero fue rechazado por sus opiniones religiosas. Ese mismo año publicó Investigación sobre los principios de la moral, una reelaboración de la segunda parte del Tratado. En 1752 Hume obtuvo un cargo de bibliotecario en el Colegio de Abogados en Edimburgo; allí permaneció doce años, y en tal estancia comenzó a escribir una Historia de Gran Bretaña, publicadas por entregas entre los años de 1754 y 1762, obra por la cual también se le considera un gran historiador.

Los trabajos históricos de Hume aumentaron su prestigio. De hecho, hasta principios del siglo XIX sería más reconocido como historiador que como filósofo. En 1756 publicó dos volúmenes que abarcaban el período desde Jacobo I hasta la revolución de 1688. En 1759 apareció la historia de la Casa de Tudor, y en 1761 dio a conocer otro estudio que comprendía la historia inglesa desde la invasión de Julio César hasta Enrique VIL. En este lapso de tiempo sólo sacó a la luz un libro de filosofía, en 1757, Cuatro disertaciones, que incluía su estudio sobre la historia natural de la religión. (Savater, p. 560)
Hume publicó además otros escritos como Sobre las Pasiones, Sobre la tragedia y Sobre la norma del gusto. Con esto alcanzó su anhelado éxito y fue recibido como un literato notable y una figura relevante en la sociedad francesa. Como dato curioso, Voltaire alabó su obra histórica e incluso comenzó a llamarlo, sin ironía, San David.

En 1763 Hume fue nombrado secretario del Conde de Artford, luego embajador de Inglaterra en París, y allí permaneció hasta 1766. Su obra fue elogiada en los círculos literarios parisinos y, encantado por la acogida de la sociedad intelectual francesa, frecuentó círculos intelectuales donde participaban filósofos como Helvetius, D’Alambert, Diderot, Montesquieu y Rousseau, último que regresó con él a Inglaterra, y una vez allí Hume lo hospedó en su casa, pero el carácter sombrío del filósofo francés provocó una ruptura entre ambos (2004). De 1767 a 1769 fue Secretario de Estado en Escocia. Desde 1769 Hume llevó una vida tranquila en Edimburgo. Pocos años después los médicos le diagnosticaron una enfermedad intestinal terminal.

Hume murió el 25 de agosto de 1776, redactando antes una breve autobiografía que se publicó póstumamente; en ella expresó que, a pesar de la gran decadencia de su organismo, su espíritu no había tenido nunca un momento de abatimiento.


Referencias 

Enciclopedia temática. (2004). Vol. VI. Ed. Norma.
Savater, F. (2008). La aventura de pensar. Random House.
Vernaux, R. (1977). Historia de la filosofía moderna. Herder.

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