jueves, 13 de septiembre de 2018

Platón


Platón, sin duda una de las figuras más importantes y significativas del bagaje histórico de la filosofía, nació en Atenas en el año 427 a. de C; murió en el año 348 a. de C. Fue, además de discípulo, uno de los más fieles recopiladores y reproductores del pensamiento de su maestro Sócrates, a quien dedica parte de su escritura filosófica. Ejemplo de esto es el dialogo Apología de Sócrates, en la cual narra el juicio en contra de Sócrates, en donde se decide condenarlo a muerte por cicuta (Ver entrada sobre Sócrates).
Busto de Platón, Pieza del siglo IV d.C. Copia romana de un original griego. Museo Pío-Clementino del Vaticano, Tomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Plat%C3%B3n

El pensar filosófico de Platón se encuentra encaminado hacia la reflexión de temas como el ser, la moral y la ética, la política, la teoría del conocimiento y el alma. Los aportes más significativos de su pensamiento se encuentran en su teoría del mundo de las ideas. Plantea que existen cosas corpóreas e incorpóreas, que ambas son (de manera distinta) captadas y comprendidas por el ser (el cual entiende como todo aquello capaz de sentir, actuar y experimentar). Entre las cosas incorpóreas, se tiene la virtud, idea que ocupa un lugar importante en sus escritos.

En varios de sus diálogos, se plantea la pregunta por el modo de alcanzar la virtud. Para ello, Platón sostiene la necesidad de alcanzar principalmente el bien y la justicia. Además, dice que para alcanzar el bien, es necesaria una mezcla equilibrada de placer e inteligencia, y que cualquier exceso en alguno de los polos es imperfección. Platón establece la existencia de cinco grados del bien, en el primer grado se encuentra la moderación; en el segundo grado, la proporción; en el tercer grado, la inteligencia; en el cuarto grado, las opiniones rectas, la ciencia; y en el quinto grado los placeres puros.

Rafael Sanzio, (1483-1520). La escuela de Atenas.

La concepción política de Platón se encuentra influenciada por el periodo político que vivía Atenas; consideraba que hay hombres que nacen para gobernar y otros a quienes hay que reforzar con educación, mediante la cual es posible también enseñar la justa medida de las cosas. Como mencionamos, la concepción de los dos mundos de Platón es una de sus aportes más significativos; esta teoría afirma que existen dos realidades separadas, que se diferencian y se contraponen entre sí: realidad de los objetos y realidad de las ideas.

En el mundo de los objetos se encuentran todas las cosas que conocemos en un estado de mutabilidad, apariencia, imperfección, posibles y accesibles a nuestros sentidos. En su estado opuesto está el mundo de las ideas, que para Platón era el mundo de las cosas originales, inmutables, perfectas y superiores; este es el mundo real, en el cual se encontraba el verdadero ser y la realidad absoluta. Esta postura se complementa con la idea de que el conocimiento solo es posible por medio de la razón, que es el único medio para alcanzar a los seres inmateriales. Por medio de la razón se alcanzaba entonces el grado máximo de conocimiento, el cual, a su vez, se encuentra en el hombre de manera innata, pues lo trae consigo del mundo de las ideas; así, el alma, por medio de reminiscencia, conoce los objetos que le rodean.

La filosofía, como disciplina, se encuentra para Platón en el mayor escalafón, de tal manera que son los filósofos quienes pueden gobernar una Ciudad-Estado, pues el perfil del filósofo es equilibrado y apto para conocer las medidas justas y alcanzar la virtud. 


Además de los grados del bien, Platón divide el alma en tres partes, a saber: alma racional, alma irascible y alma concupiscible. El alma racional se encuentra relacionada con el cerebro, guiada por la razón, siendo por ello prudente. El alma irascible está relacionada con el corazón, cuya guía conduce al guerrero con fortaleza; y el alma concupiscible, relacionada con el abdomen, y significa templanza. La teoría de las ideas es en sentido estricto sobre las formas. Platón entiende el bien y la justicia como dos tipos de formas. 

En el libro VII de la República, Platón narra el mito de la caverna, en el que intenta demostrar la validez de cuanto ha expuesto. Plantea que dentro de una caverna oscura hay unos hombres encadenados, orientados hacia la pared del fondo de la misma. En el lado opuesto, y de espalda a ellos, hay una entrada, por la que penetran los rayos del sol que proyectan la luz y las sombras sobre el fondo. Platón nos explica que la realidad auténtica para los encadenados serían las sombras que ellos han visto durante toda su vida proyectadas sobre la pared, y que si uno de ellos fuera liberado de las cadenas y viera los rayos del sol, daría cuenta de que la realidad no son las sombras sino aquello que se interpone entre la pared y la luz que penetra por la entrada.


Sappho and Alcaeus, (1881), Lawrence Alma-Tadema. Tomado de: https://en.wikipedia.org/wiki/Sappho_and_Alcaeus#/media/File:Sir_Lawrence_Alma-Tadema,_R.A.,_O.M._-_Sappho_and_Alcaeus_-_Google_Art_Project.jpg

En el caso que intentara explicar todo ello a los encadenados, éstos, posiblemente, creerían que, a raíz de su liberación, se había vuelto loco. Haciendo un paralelismo de todo ello con la vida del ser humano, Platón quiere dar a entender que el mundo que captamos a través de los sentidos es como las sombras que ven los encadenados. Solo el alma sería capaz de ver la autentica realidad, como así le ocurrió al que fue liberado de sus cadenas. El alma nos libera, pues, de la apariencia a la que nos tienen sometidos los sentidos. El conocimiento es, por tanto, una liberación de este mundo, el de los sentidos, y nos sitúa en el ámbito de la auténtica realidad: el mundo de las ideas.


Apotheosis of Homer, (1827), Jean Auguste Dominique Ingres. Tomado de:  https://es.wikipedia.org/wiki/La_apoteosis_de_Homero

En su dialogo el Banquete, se nos habla de la belleza, el amor y el eros. En este banquete aparece la figura de Diótima de Martinea, quien tiene una conversación sobre la naturaleza del amor con Sócrates. Se nos describe a Eros como un cazador; también se define al amante como aquel que siente deseo y al amado como aquel que desconoce el deseo del amante hacia él. Esta relación entre amado y amante es de carácter pedagógico. En este diálogo, uno de los comensales, Aristófanes, plantea el mito del andrógino; Eriximaco plantea el Amor Physis. Algunas de las conclusiones del diálogo conducen a que el amor es una manía, que Eros es un dios guiado por una locura divina; que el amor se da en una relación de pederastia. Sin embargo, en otro diálogo escrito por Platón, Fedro, se nos indica que la manera para conocer el amor es mediante el conocimiento del alma humana.

En el Banquete, además, se habla de los escalones de Eros, niveles de ascendencia: primero, el cuerpo; segundo, el alma; tercero, las leyes; cuarto, las costumbres; quinto, la ciencia; sexto, la idea de belleza. De estos escalones se comprende que de lo sensible se asciende a lo inteligible. Existen, además, dos tipos de Eros: Eros Uranio y Eros Pandemos; del mismo modo, dos tipos de Afroditas: Afrodita Urania y Afrodita Pandemos. Cada Eros tiene cualidades contrapuestas al otro, en el caso del Eros de Afrodita Pandemos se caracteriza por ser ordinario, vulgar; el amor de este Eros es hacia el cuerpo y no hacia el alma, se inclina a dar amor a los menos educados (recordemos que el amor en esta época de Atenas se caracteriza por una relación de pedagogía). El Eros de Afrodita de Urania es el eros del amor de los mancebos, masculino, y se inclina a amar a los más fuertes por naturaleza. De tal manera que el amante educa al amado.


Referencias bibliograficas

Platón (1981). Diálogos. I. Apología. Madrid, Gredos.
___________. Diálogos. III. Fedón. Madrid, Gredos.
___________. Banquete. Madrid, Gredos.   
___________. Diálogos. lV. República. Madrid, Gredos.

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