lunes, 30 de abril de 2018

La supuesta obsolescencia de las clases sociales


Muchos de los trabajos escritos sobre la naturaleza, la función y la organización de las clases sociales se explican, de un lado, por medio del contexto que el intelectual observa y experimenta, lo que en ocasiones tiene por consecuencia la pérdida de las singularidades históricas de otros territorios; por el otro, mediante un análisis que se abstrae de las realidades concretas, detallando elementos que responden a intereses singulares o parciales. Esto es necesario y a la vez problemático, pues si hablamos en términos investigativos concisos, podríamos afirmar que es imposible formular una definición de lo que se consideran las clases sociales hoy día. Agreguemos, además, la idea que se tiene del oficio del intelectual en el marco de la modernidad reflexiva, que consiste en poder comprender un problema y dar explicaciones, cualquiera que éste sea y de la manera que sea formulado. 

Robert Rauschenberg, Express, Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Los planteamientos de Anthony Giddens sobre la estratificación y la estructura de clase son de ayuda para tratar de resolver algunos elementos bajo esta perspectiva, principalmente porque ilustran de manera sistemática los diferentes tipos de estratificación que se han establecido en las organizaciones sociales, edificando un constructo sobre teorías sociológicas clásicas y contemporáneas. No es una solución, pero sí una herramienta para sobreponer elementos y análisis concretos; así, habría que considerar las nuevas formas de organización, división y especialización del trabajo. En tal sentido, Giddens referencia a John Goldthorpe para sustentar la no existencia de una clase alta, pues vivimos en la era de los servicios. De tal manera que, si nos referimos a los planteamientos circunscritos a la sociedad de la información, expresados de forma reciente por Manuel Castell, notaremos que ya no existe esa diferenciación en clases de las que nos hablaba Marx, donde existía una marcada influencia economicista que explicaba las clases sociales en términos preponderantemente económicos. 

 Georg Grosz, Los pilares de la sociedad (1926), Nationalgalerie, Berlín.

En el marco de la modernidad reflexiva, los factores económicos ya no son el eje de análisis de las lógicas institucionales, mucho menos si los abordamos desde los planteamientos de Lipovetsky y Maffesoli (ver entrada), en donde las clases parecen estar a la deriva, suspuestamente obsoletas. Entonces cabría preguntarse: ¿Cómo hablar de clases sociales establecidas cuando lo social tiende a cambiar? Giddens es consciente de tales cuestionamientos, y aunque está tratando de comprender las clases sociales de la sociedad inglesa de su época, reflexiona sobre la idea mísma de tal categoría como parte de un análisis más amplio. Para Norman Birnbaum las luchas de clases en la actualidad están a menudo camufladas y parciales, y no todos los sectores de la sociedad están implicados. Lo cual estaría en contradicción con el atributo clásico que había definido Marx al sostener que la sociedad burguesa no logró abolir las contradicciones de clase sino que las simplificó considerablemente. Esto da a entender que, si el fenómeno se simplifica, las ambiguedades disminuirían y la lucha se haría presente o visible, no encubierta. 

 Georg Grosz, Escena callejera (1925), Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

Sin embargo, como todo esfuerzo que está condenado a no asirse a lo sólido de la generalización, buscaremos dar respuesta a los constantes análisis que sostienen, en mayor o menor medida, la idea de una desaparición (visible, en todo caso) de las clases sociales como constructos estrictamente arraigados. Somos conscientes de que esto significa un ejercicio conceptual, realizado continuamente en el campo de las ciencias sociales. Podríamos mencionar que, si damos por sentado que existe una clase dominante, ésta se mantiene en el poder mediante la innovación de sus instrumentos de producción y, sumado a ello, en su publicidad y formas de conocer a los sujetos a los cuales se dirige. Para Marx, según Birnbaum, las clases sociales “se trata[n] de un grupo de personas en el cual sus miembros tienen la misma relación respecto a los medios de producción y que tienen clara consciencia de dicha relación; es decir, un grupo organizado para transformar esta relación (una clase por si misma y no simplemente en sí misma” (Birnbaum, 1969, p. 22).


Georg Grosz, Tertulia, (hacia 1928-1930). Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid.

La relación de clase que detallaba Marx era al mismo tiempo una relación de sometimiento, por lo cual era también una lucha política, y es precisamente ése un elemento crucial para seguir adentrándonos en tal categoría. Esta lucha de clases la podemos enmarcar, siguiendo a Giddens, como desigualdades estructurales que existen entre diferentes grupos de individuos, situándonos en el concepto de estratificación que éste ofrece. En otras palabras, la clase supone que se pertenece a un todo, más allá de la identidad personal y de la subjetividad descrita en la entrada precedente (ver entrada); pero no es un todo dado por nacimiento como en las castas o estamentos, donde se vive y muere en determinado nivel de jerarquía social (sea por religión, política u honor); por el contrario, se concibe la idea de movilidad social, elemento que no puede faltar al construir una definición de clase, siendo que explicaría la continuidad de las dinámicas propias de las sociedades fluidas y cambiantes. Desde luego, elementos como el mercado y la propiedad estarían sujetas a este no asidero propio de las dinámicas recientes del capital.

 Georg Grosz, Metrópolis (1916-1917), Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

Para Giddens, la clase es parte estructural del modo de vida que las personas llevan, siendo que brindan estatus (positivo o negativo) y excluyen a las personas que no se adecuen a sus particulares formas de actuar y ver el mundo, esto es, de sus modos de conducción de vida. Con esto, podemos aventurarnos a definir nuestro tema, siendo que las clases sociales son determinados grupos de individuos que se establecen y viven de acuerdo a determinados ingresos y que mantienen un estatus considerado por las demás personas como superior, medio o inferior. Y aquí no mencionamos la propiedad o la situación del sujeto respecto al mercado, pues la presencia de los mismos es variable, adecuándose, escondiéndose o fraccionandose, lo que da pie a pensar en la supuesta desaparición de las clases sociales como algo inminente, como superación de una lucha externa al sujeto, pasando a ser una lucha de intereses subjetivos y superfluos, pero siempre existente.

Referencias bibliográficas


Giddens, A. (2000). Sociología. Madrid: Alianza Editorial.

Birnbaum, N. (1969). Las clases sociales en la sociedad capitalista avanzada. Barcelona: Ed. Anthropos. 

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