viernes, 8 de diciembre de 2017

Reseña del texto Conocimiento e interés, escrito por Jürgen Habermas


El texto escrito por Jürgen Habermas titulado Conocimiento e interés, escrito en el año de 1968, es una obra que expresa distintos puntos de vista sobre tópicos relacionados con el campo de la epistemología. Para lograr su objetivo, el autor parte de la teoría crítica, ubicándose en una corriente de pensamiento que supone como principio fundamental la emancipación para la correcta comprensión de los actos humanos. De esta manera, Habermas recurre a los planteamientos de Immanuel Kant, Friedrich Hegel, Karl Marx y Sigmund Freud, llevando como fin construir una teoría sobre los estadios de la reflexión. Sin embargo, recordemos que estos análisis hacen parte de su proyecto intelectual más amplio, el cual pretende brindar una explicación sobre el discurso filosófico de la modernidad (Habermas, 1993). Al igual que para muchos intelectuales precedentes, Habermas concibe al sujeto como un ser histórico, retomando de tal forma una serie de ideas del materialismo histórico (presupuesto básico de la teoría crítica) para reinterpretarlo a través de una lectura del psicoanálisis, develando tópicos a los que, tanto Marx como Freud, otorgaron escaso análisis epistemológico. 

 Nacido en 1929

Debemos resaltar el hecho de que Habermas mantiene una fuerte crítica a la concepción del traspaso de una teoría del conocimiento a una mera teoría de la ciencia, y es precisamente allí donde entra a jugar un papel importante su reflexión sobre el estudio de la razón comprensiva (Habermas, 1982). El sujeto histórico en Habermas no es el resultado de un yo trascendental, como expone Kant, o como parte de un espíritu absoluto como sostenía Hegel, pues el análisis del sujeto ha de considerar necesariamente el espacio y el tiempo en que éste mantiene una serie de relaciones con los demás, tanto en su comunicación como en su auto-conocimiento.

De esta manera, y en contraposición con lo planteado por Marx, el sujeto no es solo consciente de su postura en tanto clase y coyunturas sociales, sino que es consciente de su devenir histórico. Luego de revisar estos elementos, Habermas se dedica a examinar ciertas formas de intereses que guían la actividad científica, que denomina de la siguiente manera: 1. Interés técnico, representado fundamentalmente en la acción social que se guía por un fin o utilidad, (ciencias empíricas); recordemos, por lo demás, la importancia que otorga Max Weber al sentido de este tipo de acción social (Weber, 2014). 2. Interés cognoscitivo, que impulsa a conocer y a comprender elementos constitutivos del conocimiento o del saber mismo, este tipo de interés permite además auto-entendernos y constituirnos como parte central de la acción comunicativa (ciencias hermenéuticas). Por último, 3. Interés por la emancipación, que se muestra en la formulación de una propuesta que tiene como fundamento la crítica del manejo de la comprensión de la realidad, tal como se venía haciendo en las ciencias naturales con la idea del positivismo (ciencias críticas). 


Posterior a tal sistematización, Habermas se pregunta por la instrumentalización del conocimiento. Cada uno de los intereses cognoscitivos que están a la base de estas ciencias intenta demostrar cómo el conocimiento puede ser adquirido, cómo se objetiva el saber y cómo podemos dar cuenta del mismo, lo cual llevará al autor al estudio de distintos planteamientos filosóficos clásicos, concluyendo con la construcción de una sistematización en filosofía (Habermas, 1982). 

Podríamos preguntarnos de manera conjunta con Habermas: ¿Cuáles son las condiciones de posibilidad de un conocimiento objetivamente válido? Y aquí sentimos una influencia kantiana. Así, Habermas entra en una discusión que parte de las concepciones construidas sobre la racionalidad técnica y sus consecuencias (como la racionalización de todos los ámbitos sociales) y los peligros que, aunque el autor no lo diga expresamente, acarrea el fenómeno de la cosificación. Su constante lucha con la idea del positivismo le permite introducir la discusión con Pierce y la cuestión de la acción instrumental. Con todo ello, damos cuenta que, para Habermas, la relación entre el interés y el conocimiento viene a ser la piedra angular de todo su análisis sobre la crítica emancipadora.

El autor expresa una auto-reflexión sobre la base del conocimiento y el interés, averiguando las condiciones de posibilidad del auto-conocimiento, de aquello que posiblemente Kant concibió como la mayoría de edad. Es importante reconocer la idea de que la herramienta de la comprensión es un punto clave en la consolidación de las ciencias humanas como saber autónomo, también de aquella fugaz mención de las ciencias nomotéticas e ideográficas, cuya separación la encontramos en los planteamientos de Wilhelm Windelband. La comprensión se convierte así en la base de análisis de un nuevo tipo de acción social que se centra en la construcción de una crítica que articula ejes de la teoría marxiana y freudiana; labor nada sencilla, pero de la que surgen reflexiones centrales sobre la instrumentalización de la vida y la positivización de la ciencia.

Referencias bibliográficas

Habermas, Jürgen. (1982). Conocimiento e interés. Madrid: Ed. Taurus.
______________. (1993). El discurso filosófico de la modernidad. Madrid: Ed. Taurus.
Weber, Max. (2014). Economía y sociedad. México: Fondo de cultura económica.

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